Enseñaba en las sinagogas y todos lo alababan.
Jesús fue a Nazaret, donde se había criado; el sábado entró como de costumbre en la sinagoga y se levantó para hacer la lectura.
Le presentaron el libro del profeta Isaías y, abriéndolo, encontró el pasaje donde estaba escrito:
El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha consagrado por la unción. El me envió a llevar la Buena Noticia a los pobres, a anunciar la liberación a los cautivos y la vista a los ciegos, a dar la libertad a los oprimidos
y proclamar un año de gracia del Señor.
Jesús cerró el Libro, lo devolvió al ayudante y se sentó. Todos en la sinagoga tenían los ojos fijos en él.
Entonces comenzó a decirles: "Hoy se ha cumplido este pasaje de la Escritura que acaban de oír". Todos daban testimonio a favor de él y estaban llenos de admiración por las palabras de gracia que salían de su boca.
Tantas palabras escuchadas por nuestros mayores, disecadas y expuestas en libros, diseccionadas, esterilizadas e interpretadas según nuestros idiomas de real academia, hechos de costumbres, de ritos, de reglas convenientes.
Tantos testimonios a corazón abierto convertidos en historias que contar, que repetir, que empaquetar y servir en momentos programados para ello. Tanta frescura, tanta vida embridada, tanto profeta polvoriento convertido en una imagen con pan de oro situada tras el altar.
Escucháis la escritura. Alguno la retiene en la memoria. Los más, cumplen con las indicaciones concretas que en ella ilustran el mensaje. Y el mensaje, la voz de la palabra, vuelve a enmudecer cuando, al término de la lectura, se cierra el grueso tomo de papel.
Como bueyes, buscamos la seguridad. La penumbra de un establo conocido a cambio de libertad.
Como bueyes, buscamos la seguridad. La penumbra de un establo conocido a cambio de libertad.
Pero, cada día con más intensidad, siento la llamada. Comienza el camino de la palabra.
Me levanto en la asamblea sentada. Y leo con una nueva luz. Y algunos ojos vuelven a querer ver. Somos animales extraños... Han sentido la brisa que vuela por encima del mar.
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