Yo soy el buen Pastor. El buen Pastor da su vida por las ovejas.
El
asalariado, en cambio, que no es el pastor y al que no pertenecen las
ovejas, cuando ve venir al lobo las abandona y huye, y el lobo las
arrebata y las dispersa.
Como es asalariado, no se preocupa por las ovejas.
Yo soy el buen Pastor: conozco a mis ovejas, y mis ovejas me conocen a mí
-como el Padre me conoce a mí y yo conozco al Padre- y doy mi vida por las ovejas.
Tengo,
además, otras ovejas que no son de este corral y a las que debo también
conducir: ellas oirán mi voz, y así habrá un solo Rebaño y un solo
Pastor.
El Padre me ama porque yo doy mi vida para recobrarla.
Nadie
me la quita, sino que la doy por mí mismo. Tengo el poder de darla y de
recobrarla: este es el mandato que recibí de mi Padre".
Nada poseo.
Deudor, más que amo.
Bendecido, más que pastor...
Mis metas... no sé dónde andan,
pues no son comparables
a lo que se me regaló.
Soy el guardián acogido,
el custodio sin llave...
... nadie es de mi posesión.
Y si doy pedazos de vida,
simplemente, los devuelvo
pues de ellos parte el beso
que me acaricia el alma
cada despertar.
...se que El Pastor me cuida,siempre lo ha hecho no me ha dejado perderme...pero siempre ,...hay ovejas en el rebaño a las que quiero especialmente compañeras de una vida y me da miedo despedirme pues soy finito aunque se que mi Pastor tambien hara lo mejor para las que estan en su redil por eso necesito verlo,sentirlo mas cuanto mas cerca estoy de mi meta.
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