jueves, 23 de abril de 2015

Juan 6, 44-51

Jesús dijo a la gente: "Nadie puede venir a mí, si no lo atrae el Padre que me envió; y yo lo resucitaré en el último día.
Está escrito en el libro de los Profetas: Todos serán instruidos por Dios. Todo el que oyó al Padre y recibe su enseñanza, viene a mí.
Nadie ha visto nunca al Padre, sino el que viene de Dios: sólo él ha visto al Padre.
Les aseguro que el que cree, tiene Vida eterna.
Yo soy el pan de Vida.
Sus padres, en el desierto, comieron el maná y murieron.
Pero este es el pan que desciende del cielo, para que aquel que lo coma no muera.
Yo soy el pan vivo bajado del cielo. El que coma de este pan vivirá eternamente, y el pan que yo daré es mi carne para la Vida del mundo".


"Jesús, no sé creer."
¿No? Para ti ¿qué es creer?
"No dudar de que algo es como me han dicho que es."
... Imagínate al borde de un acantilado, tan sólo agarrado a la vida por unas ramas. Tu cuerpo cuelga... ¿Quién desearías que apareciera sobre ti y cogiera tu mano? Piensa en una persona.
¿La elegirías por su fuerza para que te pudiera izar? ¿Tal vez por su inteligencia?
"... No. Querría que apareciera mi madre, mi hermano... mi mejor amigo..."
¿Por qué?
"Porque sé que caerían conmigo antes que darse por vencidos o dejarme caer."
¿Lo sabes? ¿Por qué lo sabes?
"Porque me quieren. Confío ciegamente en ellos."
Pues comienza por sentirte querido... la confianza vendrá de la mano. Confiar, creer.
Hay cosas que no es imprescindible ver.

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