domingo, 31 de mayo de 2015

Mateo 28, 16-20

En aquel tiempo, los once discípulos fueron a Galilea, a la montaña donde Jesús los había citado. 
Al verlo, se postraron delante de el; sin embargo, algunos todavía dudaron. 
Acercándose, Jesús les dijo: "Yo he recibido todo poder en el cielo y en la tierra. 
Vayan, y hagan que todos los pueblos sean mis discípulos, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, 
y enseñándoles a cumplir todo lo que yo les he mandado. Y yo estaré siempre con ustedes hasta el fin del mundo". 


Por favor, acércame la túnica.
"Toma. ¿En qué piensas?"
En los días que llevamos de camino.
También en Él.
"Es curioso no seguir un programa, una ruta..."
Sí...
No tenemos ruta... pues nuestro objetivo es infinito, como los granos de arena... como las estrellas. En todo rincón hay hombres y mujeres que nos esperan sin saberlo. Que esperan su palabra aunque crean no esperar. Es infinita nuestra labor, no importa adonde vayamos.
"No podremos solos."
Desde luego.
Bautizamos, limpiamos sus rostros, sus manos... les ayudamos a despertar...
a caminar hacia la Vida por el sendero del amor y de la esperanza, del anhelo...
...
Cada día es una vida, en pequeño.
Descansa. Mañana naceremos.
... alguien nos seguirá.

sábado, 30 de mayo de 2015

Marcos 11, 27-33

Y llegaron de nuevo a Jerusalén. Mientras Jesús caminaba por el Templo, los sumos sacerdotes, los escribas y los ancianos se acercaron a él 
y le dijeron: "¿Con qué autoridad haces estas cosas? ¿O quién te dio autoridad para hacerlo?". 
Jesús les respondió: "Yo también quiero hacerles una sola pregunta. Si me responden, les diré con qué autoridad hago estas cosas. 
Díganme: el bautismo de Juan, ¿venía del cielo o de los hombres?". 
Ellos se hacían este razonamiento: "Si contestamos: 'Del cielo', él nos dirá: '¿Por qué no creyeron en él?'. 
¿Diremos entonces: "De los hombres'?". Pero como temían al pueblo, porque todos consideraban que Juan había sido realmente un profeta, 
respondieron a Jesús: "No sabemos". Y él les respondió: "Yo tampoco les diré con qué autoridad hago estas cosas". 


"¿Cómo puede ser que no sepáis? ¿No sabéis responder con el corazón? ¿Toda respuesta depende de sopesar su conveniencia? ¿De qué sois custodios entonces? ¿Por qué estáis aquí? ¿A quién pretendéis guiar en el camino?... ¿Acaso sabéis hacia dónde caminar?"
Somos Sumos Sacerdotes por elección y tradición y somos vuestros guías. ¿No nos reconocéis?
"Reconoceré al guía que me enseñe, apoye y quiera... ¿Acaso ese guía eres tú?"



viernes, 29 de mayo de 2015

Marcos 11, 11-26

Jesús llegó a Jerusalén y fue al Templo; y después de observarlo todo, como ya era tarde, salió con los Doce hacia Betania. 
Al día siguiente, cuando salieron de Betania, Jesús sintió hambre. 
Al divisar de lejos una higuera cubierta de hojas, se acercó para ver si encontraba algún fruto, pero no había más que hojas; porque no era la época de los higos. 
Dirigiéndose a la higuera, le dijo: "Que nadie más coma de tus frutos". Y sus discípulos lo oyeron. 
Cuando llegaron a Jerusalén, Jesús entró en el Templo y comenzó a echar a los que vendían y compraban en él. Derribó las mesas de los cambistas y los puestos de los vendedores de palomas, 
y prohibió que transportaran cargas por el Templo. 
Y les enseñaba: "¿Acaso no está escrito: Mi Casa será llamada Casa de oración para todas las naciones? Pero ustedes la han convertido en una cueva de ladrones". 
Cuando se enteraron los sumos sacerdotes y los escribas, buscaban la forma de matarlo, porque le tenían miedo, ya que todo el pueblo estaba maravillado de su enseñanza. 
Al caer la tarde, Jesús y sus discípulos salieron de la ciudad. 
A la mañana siguiente, al pasar otra vez, vieron que la higuera se había secado de raíz. 
Pedro, acordándose, dijo a Jesús: "Maestro, la higuera que has maldecido se ha secado". 
Jesús le respondió: "Tengan fe en Dios. 
Porque yo les aseguro que si alguien dice a esta montaña: 'Retírate de ahí y arrójate al mar', sin vacilar en su interior, sino creyendo que sucederá lo que dice, lo conseguirá. 
Por eso les digo: Cuando pidan algo en la oración, crean que ya lo tienen y lo conseguirán. 
Y cuando ustedes se pongan de pie para orar, si tienen algo en contra de alguien, perdónenlo, y el Padre que está en el cielo les perdonará también sus faltas". 
Pero si no perdonan, tampoco el Padre que está en el cielo los perdonará a ustedes. 


Eres el Hombre. El constructor.
Por el día das forma a tu vida. Cuando anochezca, te encontrarás.
Si perdonaste te habrás perdonado.
Si juzgaste, del mismo modo te juzgarás.
Al ocaso te verás reflejado en un espejo y lo que en él se refleje perdurará.
No habrá hipocresía, ni engaño... La máscara no cubrirá
el rostro desnudo cuyo reflejo te contará
lo que fuiste, lo que eres. Lo que serás.
...
Y pide, no te avergüences, como acto de humildad. Mas no lo hagas con plazo ni forma concreta en que se te deba conceder lo que imploras. A menudo, debajo de la superficie de los hechos se oculta la realidad.

jueves, 28 de mayo de 2015

Marcos 10, 46-52

Después llegaron a Jericó. Cuando Jesús salía de allí, acompañado de sus discípulos y de una gran multitud, el hijo de Timeo -Bartimeo, un mendigo ciego- estaba sentado junto al camino. 
Al enterarse de que pasaba Jesús, el Nazareno, se puso a gritar: "¡Jesús, Hijo de David, ten piedad de mí!". 
Muchos lo reprendían para que se callara, pero él gritaba más fuerte: "¡Hijo de David, ten piedad de mí!". 
Jesús se detuvo y dijo: "Llámenlo". Entonces llamaron al ciego y le dijeron: "¡Animo, levántate! El te llama". 
Y el ciego, arrojando su manto, se puso de pie de un salto y fue hacia él. 
Jesús le preguntó: "¿Qué quieres que haga por ti?". El le respondió: "Maestro, que yo pueda ver". 
Jesús le dijo: "Vete, tu fe te ha salvado". En seguida comenzó a ver y lo siguió por el camino. 


"¿Cómo fue? ¿Estabais allí?"
Sí. Un ciego se acercó... le pidió poder ver... y Él le despidió diciendo que le había salvado su fe.
"¿Recobró la vista?"
Así fue.
"Pero aquel hombre más que fe estaba necesitado y se agarró a lo que pudo... nada podía perder. Su fe poca solidez tendría, lo que le incitó a llamarle fue su interés."
Cierto... pero Jesús debió de ver algo en él.
Tal vez... vio un hombre apaleado ante el que sintió compasión...
O, quizá, es que el que implora arde en esperanza y puede que ese sentimiento sencillo sea suficiente...
la fe es un don, mas la esperanza es fruto sincero que brota de las entrañas.
¿Cual es la llave? me pregunto...
"Parece que Él apuesta por el corazón."

miércoles, 27 de mayo de 2015

Marcos 10, 32-45

Mientras iban de camino para subir a Jerusalén, Jesús se adelantaba a sus discípulos; ellos estaban asombrados y los que lo seguían tenían miedo. Entonces reunió nuevamente a los Doce y comenzó a decirles lo que le iba a suceder: 
"Ahora subimos a Jerusalén; allí el Hijo del hombre será entregado a los sumos sacerdotes y a los escribas. Lo condenarán a muerte y lo entregarán a los paganos: 
ellos se burlarán de él, lo escupirán, lo azotarán y lo matarán. Y tres días después, resucitará". 
Santiago y Juan, los hijos de Zebedeo, se acercaron a Jesús y le dijeron: "Maestro, queremos que nos concedas lo que te vamos a pedir". 
El les respondió: "¿Qué quieren que haga por ustedes?". 
Ellos le dijeron: "Concédenos sentarnos uno a tu derecha y el otro a tu izquierda, cuando estés en tu gloria". 
Jesús les dijo: "No saben lo que piden. ¿Pueden beber el cáliz que yo beberé y recibir el bautismo que yo recibiré?". 
"Podemos", le respondieron. Entonces Jesús agregó: "Ustedes beberán el cáliz que yo beberé y recibirán el mismo bautismo que yo. 
En cuanto a sentarse a mi derecha o a mi izquierda, no me toca a mí concederlo, sino que esos puestos son para quienes han sido destinados". 
Los otros diez, que habían oído a Santiago y a Juan, se indignaron contra ellos. 
Jesús los llamó y les dijo: "Ustedes saben que aquellos a quienes se considera gobernantes, dominan a las naciones como si fueran sus dueños, y los poderosos les hacen sentir su autoridad. 
Entre ustedes no debe suceder así. Al contrario, el que quiera ser grande, que se haga servidor de ustedes; 
y el que quiera ser el primero, que se haga servidor de todos. 
Porque el mismo Hijo del hombre no vino para ser servido, sino para servir y dar su vida en rescate por una multitud". 

Respira con fuerza
y que el aire
duerma tus sentidos,
que tu paso
te encamina
hacia aquéllos
que harán presa
en tu desnudez...

hacia la grava
que teñirá tu sangre,
hacia las piedras
que apuntalarán la cruz
preparada ayer
por un carpintero
como tu padre,
por un hombre
como tú.

Respira
y llena los pulmones
que tu madre
te regaló...
mira la luz de este día
que pronto el sol
lucirá en la noche oscura
hasta que en tu sepulcro
despunte el amanecer.

Respira con fuerza
y que el sudor
refresque la piel
sobre la que
se escribirá una palabra:
"entrega"...
cuando el viento grite
¡liberación!




martes, 26 de mayo de 2015

Marcos 10, 28-31

Pedro le dijo a Jesús: "Tú sabes que nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido".
Jesús respondió: "Les aseguro que el que haya dejado casa, hermanos y hermanas, madre y padre, hijos o campos por mí y por la Buena Noticia,
desde ahora, en este mundo, recibirá el ciento por uno en casas, hermanos y hermanas, madres, hijos y, campos, en medio de las persecuciones; y en el mundo futuro recibirá la Vida eterna.
Muchos de los primeros serán los últimos y los últimos serán los primeros". 


"¿He de abandonarles?"
No. ¿Por qué habrías de hacerlo? Ellos te quieren. Y te necesitan... como les necesitas tú.
"¿Entonces..?"
¿Alguna vez te has sentido con potestad sobre ellos? ¿Has medido si su gasto merma tu patrimonio? ¿Has dejado clara tu posición, como dueño de tu hacienda? ¿Has exigido obediencia?... ¿Te has creido con derecho a recibir su amor?
Libérales en tu interior. Tú no eres dueño de sus vidas... y menos de su corazón.
Asúmelo. Y cuando sientas que no tienes nada, será tuyo todo a tu alrededor. El cariño que te dan, libres. Las tierras hasta donde ya no se ven. El techo, el suelo, las estrellas...
Nada echarás en falta cuando dejes de poseer.

lunes, 25 de mayo de 2015

Marcos 10, 17-27

Cuando Jesús se puso en camino, un hombre corrió hacia él y, arrodillándose, le preguntó: "Maestro bueno, ¿qué debo hacer para heredar la Vida eterna?". 
Jesús le dijo: "¿Por qué me llamas bueno? Sólo Dios es bueno. 
Tú conoces los mandamientos: No matarás, no cometerás adulterio, no robarás, no darás falso testimonio, no perjudicarás a nadie, honra a tu padre y a tu madre". 
El hombre le respondió: "Maestro, todo eso lo he cumplido desde mi juventud". 
Jesús lo miró con amor y le dijo: "Sólo te falta una cosa: ve, vende lo que tienes y dalo a los pobres; así tendrás un tesoro en el cielo. Después, ven y sígueme". 
El, al oír estas palabras, se entristeció y se fue apenado, porque poseía muchos bienes. 
Entonces Jesús, mirando alrededor, dijo a sus discípulos: "¡Qué difícil será para los ricos entrar en el Reino de Dios!". 
Los discípulos se sorprendieron por estas palabras, pero Jesús continuó diciendo: "Hijos míos, ¡Qué difícil es entrar en el Reino de Dios!. 
Es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja, que un rico entre en el Reino de Dios". 
Los discípulos se asombraron aún más y se preguntaban unos a otros: "Entonces, ¿quién podrá salvarse?". 
Jesús, fijando en ellos su mirada, les dijo: "Para los hombres es imposible, pero no para Dios, porque para él todo es posible". 


Hoy he soñado con una puerta. Una puerta minúscula que yo quisiera encontrar... porque soñando escuché una voz que me decía, abre las manos, suéltalo todo. La encontrarás.
"¿Sabes entonces dónde encontrar esa puerta?"
Sí... en un sitio sin lugar. Aquí, dentro, en el pecho. Intuyo que es por eso por lo que, siendo el último viaje hacia dentro, lo que atesores fuera, fuera se ha de quedar. Y si tus manos se aferran a ello... correrás su misma suerte y la puerta se cerrará.

domingo, 24 de mayo de 2015

Juan 15, 26-27. 16, 12-15

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: 
«Cuando venga el Paráclito que yo les enviaré desde el Padre, el Espíritu de la Verdad que proviene del Padre, él dará testimonio de mí. 
Y ustedes también dan testimonio, porque están conmigo desde el principio. 
Todavía tengo muchas cosas que decirles, pero ustedes no las pueden comprender ahora. 
Cuando venga el Espíritu de la Verdad, él los introducirá en toda la verdad, porque no hablará por sí mismo, sino que dirá lo que ha oído y les anunciará lo que irá sucediendo. 
El me glorificará, porque recibirá de lo mío y se lo anunciará a ustedes. 
Todo lo que es del Padre es mío. Por eso les digo: 'Recibirá de lo mío y se lo anunciará a ustedes'."


Juan, preguntaste quién me traicionaría...
"Sí. ¿Quién?"
El hombre egoísta. El hombre que mira sin ver. El hombre que olfatea el oro. El hombre con miedo al fracaso, a la inseguridad, al juicio ajeno, a levantarse para defender lo que su conciencia amordazada grita...
"De nosotros, ¿quién?"
Todos en algún momento, aunque hay uno que debe jugar un papel. Mas no le juzgues porque la ocasión le destaque. Todo hombre está en él.
No te quedes serio... ése es vuestro mérito.
Nadar contra la corriente que nace de parte de vuestro interior. Ése es el verdadero crisol que os hará resplandecer libres. De la lucha tenaz... paso por paso, es de donde nace el fulgor. Aunque a veces caigáis derrotados, volved a alzaros en pie.
Dejad que vuestro espíritu guíe. Y no dejéis de tener sed.

sábado, 23 de mayo de 2015

Juan 21, 20-25

Pedro, volviéndose, vio que lo seguía el discípulo al que Jesús amaba, el mismo que durante la Cena se había reclinado sobre Jesús y le había preguntado: "Señor, ¿quién es el que te va a entregar?". 
Cuando Pedro lo vio, preguntó a Jesús: "Señor, ¿y qué será de este?". 
Jesús le respondió: "Si yo quiero que él quede hasta mi venida, ¿qué te importa? Tú sígueme". 
Entonces se divulgó entre los hermanos el rumor de que aquel discípulo no moriría, pero Jesús no había dicho a Pedro: "El no morirá", sino: "Si yo quiero que él quede hasta mi venida, ¿qué te importa?". 
Este mismo discípulo es el que da testimonio de estas cosas y el que las ha escrito, y sabemos que su testimonio es verdadero. 
Jesús hizo también muchas otras cosas. Si se las relata detalladamente, pienso que no bastaría todo el mundo para contener los libros que se escribirían. 


Toma. Acepta el relevo. Caminaremos juntos por diferentes senderos mas por un sólo camino, que es nuestra forma -su forma- de caminar.
Ven. Sigue el ejemplo de quienes han sembrado antes para que, a tu paso, encontraras fruto y sostén.
Y ahora, llena el mundo de pequeños granos de mostaza... de Vida nueva cada día.
De alegría, de esperanza...
tienes un mundo por estrenar.

viernes, 22 de mayo de 2015

Juan 21, 15-19

Habiéndose aparecido Jesús a sus discípulos, después de comer, dijo a Simón Pedro: "Simón, hijo de Juan, ¿me amas más que estos?". El le respondió: "Sí, Señor, tú sabes que te quiero". Jesús le dijo: "Apacienta mis corderos". 
Le volvió a decir por segunda vez: "Simón, hijo de Juan, ¿me amas?". El le respondió: "Sí, Señor, sabes que te quiero". Jesús le dijo: "Apacienta mis ovejas". 
Le preguntó por tercera vez: "Simón, hijo de Juan, ¿me quieres?". Pedro se entristeció de que por tercera vez le preguntara si lo quería, y le dijo: "Señor, tú lo sabes todo; sabes que te quiero". Jesús le dijo: "Apacienta mis ovejas. 
Te aseguro que cuando eras joven, tú mismo te vestías e ibas a donde querías. Pero cuando seas viejo, extenderás tus brazos, y otro te atará y te llevará a donde no quieras". 
De esta manera, indicaba con qué muerte Pedro debía glorificar a Dios. Y después de hablar así, le dijo: "Sígueme". 


"¿Qué harás con tu pan?"
Compartirlo. Dar de él al que no tenga... aunque la mayoría ya tiene qué comer.
"Cierto. Pero también es tu palabra alimento. Y hasta quien ya ha comido puede tener necesidad de él.
No retengáis vuestra experiencia.
...
Sacia el pan que se comparte. Cobra vida la palabra cuando se pierde en el aire. Germina la semilla caída al suelo. Brilla el pensamiento que arroja luz alrededor."

jueves, 21 de mayo de 2015

Juan 17, 20-26

Jesús levantó los ojos al cielo y oró diciendo:
"Padre santo, no ruego solamente por ellos, sino también por los que, gracias a su palabra, creerán en mí.
Que todos sean uno: como tú, Padre, estás en mí y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros, para que el mundo crea que tú me enviaste.
Yo les he dado la gloria que tú me diste, para que sean uno, como nosotros somos uno
-yo en ellos y tú en mí- para que sean perfectamente uno y el mundo conozca que tú me has enviado, y que yo los amé cómo tú me amaste.
Padre, quiero que los que tú me diste estén conmigo donde yo esté, para que contemplen la gloria que me has dado, porque ya me amabas antes de la creación del mundo.
Padre justo, el mundo no te ha conocido, pero yo te conocí, y ellos reconocieron que tú me enviaste.
Les di a conocer tu Nombre, y se lo seguiré dando a conocer, para que el amor con que tú me amaste esté en ellos, y yo también esté en ellos".

"¿Qué haces?"
Voy a escribir.
Estimados: desde hace tiempo no somos uno, siendo más bien un cuerpo desmembrado con cabezas por doquier.
Han pasado los años y no hemos sabido anteponer su ejemplo a nuestras razones, tantas veces guiadas por la soberbia, el interés material y el afán personal de dominio.
Aún así, la gran mayoría de nosotros, imperfectos e inconstantes, nos mantenemos en la esperanza de ser acogidos en Él gracias a esas pequeñas cosas buenas que, entre tanta obra hueca, brotan de nuestro interior. Esperanza, también, de volver a ver la sonrisa de nuestros seres amados... esperanza de pobres mujeres y hombres que fallan mil veces pero a la vez son capaces de amar de corazón.
...
Amigos, hermanos. No os pediré que renunciemos a las secuelas de nuestros errores. Ni siquiera que trabajemos por una posible reunificación. Eso lo dejo para los más capaces... yo sólo os pido que, de verdad, os sintáis apreciados por mí y, si es posible, que me tengáis al menos por un compañero de barca lejano que os echa de menos y está deseando estrecharos la mano, abrazaros, saber de vosotros y hablar.

miércoles, 20 de mayo de 2015

Juan 17, 11b-19

Jesús levantó los ojos al cielo, y oró diciendo:
"Padre santo, cuida en tu Nombre a aquellos que me diste, para que sean uno, como nosotros.
Mientras estaba con ellos, cuidaba en tu Nombre a los que me diste; yo los protegía y no se perdió ninguno de ellos, excepto el que debía perderse, para que se cumpliera la Escritura.
Pero ahora voy a ti, y digo esto estando en el mundo, para que mi gozo sea el de ellos y su gozo sea perfecto.
Yo les comuniqué tu palabra, y el mundo los odió porque ellos no son del mundo, como tampoco yo soy del mundo.
No te pido que los saques del mundo, sino que los preserves del Maligno.
Ellos no son del mundo, como tampoco yo soy del mundo.
Conságralos en la verdad: tu palabra es verdad.
Así como tú me enviaste al mundo, yo también los envío al mundo.
Por ellos me consagro, para que también ellos sean consagrados en la verdad." 


"Juan... ¿quiénes somos nosotros para enseñar?"
Tú no eres más que el mismo niño que se emperraba en salir a la mar como nuestro padre. Y yo soy el que te tiraba de la barca antes de llegar a la orilla. Soy el mismo... no soy más.
Nunca nos hemos alejado de estas orillas. No tenemos riquezas, ni posición... pero hemos nacido junto al que ha de abrir a todos los ojos.
"Pero... ¿a qué hemos sido enviados"
A decir a todos que ya hemos encontrado el camino. Que Él va delante. Que el camino es su ejemplo. Nos ha enviado a liberar.
"Pues no parece que muchos quieran que se les libere..."
Tienes razón...
"¿De qué te ríes?"
De ti. Eres un cabezota... ¡luego serás el más tenaz!

martes, 19 de mayo de 2015

Juan 17, 1-11a

Jesús levantó los ojos al cielo, diciendo:
"Padre, ha llegado la hora: glorifica a tu Hijo para que el Hijo te glorifique a ti,
ya que le diste autoridad sobre todos los hombres, para que él diera Vida eterna a todos los que tú les has dado.
Esta es la Vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a tu Enviado, Jesucristo.
Yo te he glorificado en la tierra, llevando a cabo la obra que me encomendaste.
Ahora, Padre, glorifícame junto a ti, con la gloria que yo tenía contigo antes que el mundo existiera.
Manifesté tu Nombre a los que separaste del mundo para confiármelos. Eran tuyos y me los diste, y ellos fueron fieles a tu palabra.
Ahora saben que todo lo que me has dado viene de ti,
porque les comuniqué las palabras que tú me diste: ellos han reconocido verdaderamente que yo salí de ti, y han creído que tú me enviaste.
Yo ruego por ellos: no ruego por el mundo, sino por los que me diste, porque son tuyos.
Todo lo mío es tuyo y todo lo tuyo es mío, y en ellos he sido glorificado.
Ya no estoy más en el mundo, pero ellos están en él; y yo vuelvo a ti."


A los que seguís en el mundo. Nosotros estamos aquí.
Si vagáis sin encontrar un sentido. Nosotros estamos aquí.
Si sufrís, si lloráis de pena, de rabia, de hambre... Nosotros estamos aquí.
A los que estáis cansados. También nosotros estamos aquí.
Ved nuestra mano, nuestros oidos... mirad nuestros ojos.
A los que buscáis...
... nosotros le seguimos.
Él es quien va por delante en el camino.
Nosotros somos vosotros y compartimos un igual caminar.



lunes, 18 de mayo de 2015

Juan 16, 29-33

Los discípulos le dijeron a Jesús: "Por fin hablas claro y sin parábolas. 
Ahora conocemos que tú lo sabes todo y no hace falta hacerte preguntas. Por eso creemos que tú has salido de Dios". 
Jesús les respondió: "¿Ahora creen? 
Se acerca la hora, y ya ha llegado, en que ustedes se dispersarán cada uno por su lado, y me dejarán solo. Pero no, no estoy solo, porque el Padre está conmigo. 
Les digo esto para que encuentren la paz en mí. En el mundo tendrán que sufrir; pero tengan valor: yo he vencido al mundo". 


Sus cantos oímos surgir de entre las aguas, animándonos a abandonar tu barca. Cantos arrulladores que invitaban a cerrar los ojos y a dejarse llevar por las ondas hasta el fondo negro, donde descansan los tesoros hundidos, para no volver. Nos amarramos a tu mástil, a tu recuerdo... cogidas las manos unos a otros. Porque sabemos que existe una orilla en la que nos esperas...

domingo, 17 de mayo de 2015

Marcos 16, 15-20

Entonces les dijo: "Vayan por todo el mundo, anuncien la Buena Noticia a toda la creación." 
El que crea y se bautice, se salvará. El que no crea, se condenará. 
Y estos prodigios acompañarán a los que crean: arrojarán a los demonios en mi Nombre y hablarán nuevas lenguas; 
podrán tomar a las serpientes con sus manos, y si beben un veneno mortal no les hará ningún daño; impondrán las manos sobre los enfermos y los curarán". 
Después de decirles esto, el Señor Jesús fue llevado al cielo y está sentado a la derecha de Dios. 
Ellos fueron a predicar por todas partes, y el Señor los asistía y confirmaba su palabra con los milagros que la acompañaban. 


El que crea y se bautice, se salvará.
"¿El día del juicio que está por venir?"
El día en que muera para la vida terrena. Para ese día, él se habrá salvado o condenado ya. Él habrá dictado su sentencia. De lo que haya hecho con su vida, responderá.
Ya habrá expulsado, o no, al demonio del egoísmo que atrae la materia hacia sí. Y habrá podido bañar su rostro con el agua de la pureza, necesaria para saber -aun en el mundo- distinguir a Dios.

sábado, 16 de mayo de 2015

Juan 16, 23b-28

Aquél día no me harán más preguntas. Les aseguro que todo lo que pidan al Padre, él se lo concederá en mi Nombre.
Hasta ahora, no han pedido nada en mi Nombre. Pidan y recibirán, y tendrán una alegría que será perfecta.
Les he dicho todo esto por medio de parábolas. Llega la hora en que ya no les hablaré por medio de parábolas, sino que les hablaré claramente del Padre.
Aquel día ustedes pedirán en mi Nombre; y no será necesario que yo ruegue al Padre por ustedes,
ya que él mismo los ama, porque ustedes me aman y han creído que yo vengo de Dios.
Salí del Padre y vine al mundo. Ahora dejo el mundo y voy al Padre". 


Juan... ¿a dónde va el amor?
El de unos padres, el de una amiga, el de un hijo... ¿Se diluye con el momento sin más?
"No. Vemos sus huellas en las personas. Vemos cómo se expande."
Sí, pero... el amor... ¿dónde va?
"Pedro, no lo sé. Pero esa corriente será la que nos lleve a la otra orilla. Es el hilo que nos une a la puerta de este laberinto... Es como el rayo, que nace de tu corazón y se eleva por un camino invisible hacia lo inmenso...
Creo que allí se dirige... Creo que de allí provendrá."

viernes, 15 de mayo de 2015

Juan 16, 20-23a

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: 
"Les aseguro que ustedes van a llorar y se van a lamentar; el mundo, en cambio, se alegrará. Ustedes estarán tristes, pero esa tristeza se convertirá en gozo." 
La mujer, cuando va a dar a luz, siente angustia porque le llegó la hora; pero cuando nace el niño, se olvida de su dolor, por la alegría que siente al ver que ha venido un hombre al mundo. 
También ustedes ahora están tristes, pero yo los volveré a ver, y tendrán una alegría que nadie les podrá quitar. 
Aquél día no me harán más preguntas."


"¿Jesús... Hacia dónde vamos?"
Caminamos hacia utopía. Hacia un sitio sin lugar.
"¿Merecerá la pena este esfuerzo?"
Tú misma lo puedes juzgar.
Hoy, que tienes en brazos al recién nacido que no querías... ¿Qué harás?
"Besarle. Quererle... Abrazarle. Siento que ha renacido la llama de mi corazón."
Que si merece la pena el esfuerzo, preguntas. Ya lo sabes... Por nada ahora lo querrías cambiar.
Con tu entrega, ya en vida la tristeza se ha tornado gozo. Y las cadenas, libertad.
Mas recuerda que esto es sólo parte del camino, que no termina nuestra vida cuando acaba el caminar.
Cuando cruces la última puerta... entonces, te sentirás como tu hijo hoy en tu regazo.
Lo que siembras, recogerás.

jueves, 14 de mayo de 2015

Juan 15, 9-17

Jesús dijo a sus discípulos: 
«Como el Padre me amó, también yo los he amado a ustedes. Permanezcan en mi amor. 
Si cumplen mis mandamientos, permanecerán en mi amor, como yo cumplí los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor. 
Les he dicho esto para que mi gozo sea el de ustedes, y ese gozo sea perfecto.» 
Este es mi mandamiento: Amense los unos a los otros, como yo los he amado. 
No hay amor más grande que dar la vida por los amigos. 
Ustedes son mis amigos si hacen lo que yo les mando. 
Ya no los llamo servidores, porque el servidor ignora lo que hace su señor; yo los llamo amigos, porque les he dado a conocer todo lo que oí de mi Padre. 
No son ustedes los que me eligieron a mí, sino yo el que los elegí a ustedes, y los destiné para que vayan y den fruto, y ese fruto sea duradero. Así todo lo que pidan al Padre en mi Nombre, él se lo concederá. 
Lo que yo les mando es que se amen los unos a los otros.»


"¿Por qué ahora, después de tanto tiempo?"
Porque seguís sin saber distinguir. Seguís sin saber interpretar. Sólo añadís capas de razón a lo intuido hasta perderlo de vista, enterrado bajo normas e intereses.
¿Tan difícil resulta distinguir el oro del burdo metal?
¿Tan costoso elegir entre lo que incrementará su valor a medida que pase el tiempo y lo que, día a día, muestra su carácter caduco?
¿Tanto miedo tenéis a la penuria y la intemperie que estáis dispuestos a perder la Vida?
Os lo repito: es el amor. La puerta estrecha, la llave, el juicio, ¡la resurrección! ¡Permaneced en el amor!

miércoles, 13 de mayo de 2015

Juan 16, 12-15

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: 
"Todavía tengo muchas cosas que decirles, pero ustedes no las pueden comprender ahora. 
Cuando venga el Espíritu de la Verdad, él los introducirá en toda la verdad, porque no hablará por sí mismo, sino que dirá lo que ha oído y les anunciará lo que irá sucediendo. 
El me glorificará, porque recibirá de lo mío y se lo anunciará a ustedes. 
Todo lo que es del Padre es mío. Por eso les digo: 'Recibirá de lo mío y se lo anunciará a ustedes'."


"Todavía no las podéis comprender..."
...
Vio la luz esta mañana
cuando, temprano,
le saludó el sol.
Se levantó ligero,
pues su equipaje
quedó olvidado
en la primera
estación.
Años hace que caminaba
llamando a las puertas
al atardecer,
pidiendo pan y cobijo,
... sabiendo qué les iba a ofrecer
al conversar en la cena...
más que otro aire fresco,
la forma honda
de respirar...
Pero esta mañana
quisieron callarle...
Desde ahora
veremos su luz
cuando, temprano,
venga a saludarnos
el sol.


martes, 12 de mayo de 2015

Juan 16, 5-11


En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos:
"Ahora me voy al que me envió, y ninguno de ustedes me pregunta: '¿A dónde vas?'.
Pero al decirles esto, ustedes se han entristecido.
Sin embargo, les digo la verdad: les conviene que yo me vaya, porque si no me voy, el Paráclito no vendrá a ustedes. Pero si me voy, se lo enviaré.
Y cuando él venga, probará al mundo dónde está el pecado, dónde está la justicia y cuál es el juicio.
El pecado está en no haber creído en mí.
La justicia, en que yo me voy al Padre y ustedes ya no me verán.
Y el juicio, en que el Príncipe de este mundo ya ha sido condenado."


"¿Es verdad que te vas?"
Aún queda tiempo.
...
Prepararos... Creed en mí. No desperdiciéis vuestra oportunidad. Si seguís mi ejemplo, marcharéis todos hacia donde yo pronto iré.
Las gentes a quienes no llegue vuestra palabra seguirán caminando distraídas cuando oscurezca...
Sed como el agua, lavad sus rostros, haced que abran los ojos.
Mirad la orilla...
La arena sabe que, aunque ahora esté mezclada con agua, nunca se evaporará.

lunes, 11 de mayo de 2015

Juan 15, 26-27.16,1-4a

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: 
«Cuando venga el Paráclito que yo les enviaré desde el Padre, el Espíritu de la Verdad que proviene del Padre, él dará testimonio de mí. 
Y ustedes también dan testimonio, porque están conmigo desde el principio. 
Les he dicho esto para que no se escandalicen. 
Serán echados de las sinagogas, más aún, llegará la hora en que los mismos que les den muerte pensarán que tributan culto a Dios. 
Y los tratarán así porque no han conocido ni al Padre ni a mí. 
Les he advertido esto para que cuando llegue esa hora, recuerden que ya lo había dicho.»


Tantas cosas han sucedido desde entonces...
tantos miedos, tantas traiciones, tanto odio, tantos pasos de botas a nuestro alrededor... que ya no sé explicar cuándo comenzó todo. He perdido la noción del tiempo. Ya no me acuerdo de mi juventud.
Diría que llevo toda la vida corriendo, predicando en calles desiertas, frente a portales entreabiertos, junto a factorías que nunca paran... que, tal vez, ni escuchan mi voz...
"Recuerda, Él nos lo advirtió..."
Sí.
"¿Qué piensas?"
Que si mañana abandonara y volviese a casa... encontraría las mismas paredes que me vieron crecer y podría intentar vivir una vida como todos. Una vida tranquila...
"¿Te acuerdas?... la barca..."
...
¿Tienes noticias de los demás? Escuché que Pedro está en Roma...
Debemos dormir ahora. Mañana emprendemos viaje... Tenemos que descansar.
Pedro es ahora pared de mi casa. Y tú, y los demás. Hasta los que ya nos esperan junto a Él bajo el dintel. Tenemos mucho trabajo. Recuerda lo que dijo. "Iluminad".

domingo, 10 de mayo de 2015

Juan 15, 9-17

Jesús dijo a sus discípulos:
«Como el Padre me amó, también yo los he amado a ustedes. Permanezcan en mi amor.
Si cumplen mis mandamientos, permanecerán en mi amor, como yo cumplí los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor.
Les he dicho esto para que mi gozo sea el de ustedes, y ese gozo sea perfecto.»
Este es mi mandamiento: Amense los unos a los otros, como yo los he amado.
No hay amor más grande que dar la vida por los amigos.
Ustedes son mis amigos si hacen lo que yo les mando.
Ya no los llamo servidores, porque el servidor ignora lo que hace su señor; yo los llamo amigos, porque les he dado a conocer todo lo que oí de mi Padre.
No son ustedes los que me eligieron a mí, sino yo el que los elegí a ustedes, y los destiné para que vayan y den fruto, y ese fruto sea duradero. Así todo lo que pidan al Padre en mi Nombre, él se lo concederá.
Lo que yo les mando es que se amen los unos a los otros.»


"Ayer por la tarde nos acercamos al pozo y, junto a una puerta, vimos a una joven con un niño en brazos. Tendría un año, no más.
Charlábamos por el camino, pero Él se les quedo mirando. Se le veía, en los ojos, sonreir. El niño dormía profundamente, con el bracito colgando...  Y le preguntamos por qué se había detenido."
Estoy aquí para abriros los ojos, porque tenéis la respuesta entre vosotros y no la reconocéis...
Del universo es la joya más rara...
Mirad cómo brota... de los brazos entregados de la madre, que no le pide a la vida más...
Mirad cómo recorre al pequeño, le envuelve y le hace brillar...
Esta es vuestra misión. Recorred todos los caminos. Contadlo. Es el amor... ¡Iluminad!

sábado, 9 de mayo de 2015

Juan 15, 18-21

Jesús dijo a sus discípulos: 
«Si el mundo los odia, sepan que antes me ha odiado a mí. 
Si ustedes fueran del mundo, el mundo los amaría como cosa suya. Pero como no son del mundo, sino que yo los elegí y los saqué de él, el mundo los odia. 
Acuérdense de lo que les dije: el servidor no es más grande que su señor. Si me persiguieron a mí, también los perseguirán a ustedes; si fueron fieles a mi palabra, también serán fieles a la de ustedes. 
Pero los tratarán así a causa de mi Nombre, porque no conocen al que me envió.» 


"Pero... ¿Por qué nos odian? ¿Qué les hemos hecho?"
Nada.
No pretendéis arrebatarles tronos y cátedras... porque no os interesan. Simplemente, las ignoráis.
Y ésa es vuestra afrenta... quitarles lo único que defienden: una razón para su existir, una coartada para su actuar.
No venís a quitarles su cetro, pero le despojáis de su valor.
Imaginarles defendiendo sus dominios desde una fortaleza de altas murallas... e imaginaros avanzando de forma tranquila sobre sus campos, rodeando el bastión defensor. Como la marea alta, pasaríais de largo envolviendo piedras y hombres sin presentar batalla.
Ellos viven un mundo de paredes gruesas, cirios perfumados y acceso restringido...
Vosotros camináis iluminados por el sol.

viernes, 8 de mayo de 2015

Juan 15, 12-17

Jesús dijo a sus discípulos: 
«Este es mi mandamiento: Amense los unos a los otros, como yo los he amado. 
No hay amor más grande que dar la vida por los amigos. 
Ustedes son mis amigos si hacen lo que yo les mando. 
Ya no los llamo servidores, porque el servidor ignora lo que hace su señor; yo los llamo amigos, porque les he dado a conocer todo lo que oí de mi Padre. 
No son ustedes los que me eligieron a mí, sino yo el que los elegí a ustedes, y los destiné para que vayan y den fruto, y ese fruto sea duradero. Así todo lo que pidan al Padre en mi Nombre, él se lo concederá. 
Lo que yo les mando es que se amen los unos a los otros.»


Estad atentos a sus necesidades. Las vuestras, otros las cubrirán.
Sed libres. No viváis esclavos hoy del alimento de mañana...
y acordaros  de que sólo el pan compartido es el que os saciará.
Tended siempre la mano y la sonrisa... y amaos.
Sobre todo amaos.
El resto... vendrá.

jueves, 7 de mayo de 2015

Juan 15, 9-11

Jesús dijo a sus discípulos:
«Como el Padre me amó, también yo los he amado a ustedes. Permanezcan en mi amor.
Si cumplen mis mandamientos, permanecerán en mi amor, como yo cumplí los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor.
Les he dicho esto para que mi gozo sea el de ustedes, y ese gozo sea perfecto.» 


"Queremos permanecer contigo."
Pero sabéis de qué modo podréis hacerlo, ¿verdad?
Nuestros pies caminan sobre el suelo, pero nuestro corazón no lo roza. No os derrumbéis entonces si un día no podéis ver mis pies. Además, ya sabéis dónde mi corazón se dirige... y a quién no va a abandonar.
"También nosotros te seremos fieles."
Con que lo intentéis de verdad cada día, lo perfecto del resultado no importará.
Amad a Dios. Darle gracias. Y entregaros los unos a los otros, pues la entrega es prueba de amor.
Y, como un niño confía en sus padres, estad seguros -aunque os inquiete la espera- de que a la puerta del reencuentro yo os iré a buscar.

miércoles, 6 de mayo de 2015

Juan 15, 1-8

Jesús dijo a sus discípulos: 
«Yo soy la verdadera vid y mi Padre es el viñador. 
El corta todos mis sarmientos que no dan fruto; al que da fruto, lo poda para que dé más todavía. 
Ustedes ya están limpios por la palabra que yo les anuncié. 
Permanezcan en mí, como yo permanezco en ustedes. Así como el sarmiento no puede dar fruto si no permanece en la vid, tampoco ustedes, si no permanecen en mí. 
Yo soy la vid, ustedes los sarmientos. El que permanece en mí, y yo en él, da mucho fruto, porque separados de mí, nada pueden hacer. 
Pero el que no permanece en mí, es como el sarmiento que se tira y se seca; después se recoge, se arroja al fuego y arde. 
Si ustedes permanecen en mí y mis palabras permanecen en ustedes, pidan lo que quieran y lo obtendrán.
La gloria de mi Padre consiste en que ustedes den fruto abundante, y así sean mis discípulos.»


Las leyes del mundo tenderán mil hilos a vuestro alrededor... la inercia, la conservación, la gravedad... fruto de las cuales acontecerán los hechos de vuestra vida. Mas los hechos son sólo la estructura en la que vuestra historia se desarrollará.
Como la vid da su mejor fruto tras un año difícil, así nosotros rendiremos sometidos a la dificultad.
Cuando ésta llegue, permaneced. Confiad.
Porque, aunque vuestro tronco se encuentre retorcido, en el amor que hayáis generado en el camino tendréis la llave.

martes, 5 de mayo de 2015

Juan 14, 27-31a

Jesús dijo a sus discípulos:
«Les dejo la paz, les doy mi paz, pero no como la da el mundo. ¡ No se inquieten ni teman !
Me han oído decir: 'Me voy y volveré a ustedes'. Si me amaran, se alegrarían de que vuelva junto al Padre, porque el Padre es más grande que yo.
Les he dicho esto antes que suceda, para que cuando se cumpla, ustedes crean.
Ya no hablaré mucho más con ustedes, porque está por llegar el Príncipe de este mundo: él nada puede hacer contra mí,
pero es necesario que el mundo sepa que yo amo al Padre y obro como él me ha ordenado.»


"¿Qué haremos cuando venga ese Príncipe? ¿Quién es?"
Nada. Ya todo estará hecho. No cabrá improvisar ni habrá nada que decidir. Él tomará de ti todo lo que encuentre cerca... todo lo que de tu cuerpo y de tu alma esté apegado al suelo. Y lo hundirá en la tierra.
Él, simplemente, recogerá lo que tú ya le hayas dado.
Mas, si en vida algo de tu ser preservaste de la sumisión al mundo, esa parte escapará de su aliento y emprenderá el camino hacia mí.

lunes, 4 de mayo de 2015

Juan 14, 21-26

Jesús dijo a sus discípulos: 
«El que recibe mis mandamientos y los cumple, ese es el que me ama; y el que me ama será amado por mi Padre, y yo lo amaré y me manifestaré a él". 
Judas -no el Iscariote- le dijo: "Señor, ¿por qué te vas a manifestar a nosotros y no al mundo?". 
Jesús le respondió: "El que me ama será fiel a mi palabra, y mi Padre lo amará; iremos a él y habitaremos en él. 
El que no me ama no es fiel a mis palabras. La palabra que ustedes oyeron no es mía, sino del Padre que me envió. 
Yo les digo estas cosas mientras permanezco con ustedes. 
Pero el Paráclito, el Espíritu Santo, que el Padre enviará en mi Nombre, les enseñará todo y les recordará lo que les he dicho.» 


Menor daño que el odio hace la indiferencia. Pero ésta no construye, sino que deja que la erosión del tiempo y el egoísmo de los hombres se coman silenciosos la esperanza.
Mejor que ignorar un problema es la adhesión de pensamiento a la solución... mas lo que permanece en nuestro interior no requiere de la valentía de caminar contra corriente ni la generosidad de quien comparte una idea valiosa.
Tenemos entonces la palabra, llave de mil puertas y altavoz de nuestra intención. Pero tampoco con ella basta, pues la palabra no tiene manos con las que transformar el mundo. La tierra se moldea, sin embargo, bajo el poder de la acción...
...
Ámame, no digas sólo que me amas. Repite mi ejemplo, cuando yo ya no esté, pero ¡cuidado! también hay acciones de cartón piedra que no están asentadas sobre el cimiento de un corazón sincero.

domingo, 3 de mayo de 2015

Juan 15, 1-8

Jesús dijo a sus discípulos: 
«Yo soy la verdadera vid y mi Padre es el viñador. 
El corta todos mis sarmientos que no dan fruto; al que da fruto, lo poda para que dé más todavía. 
Ustedes ya están limpios por la palabra que yo les anuncié. 
Permanezcan en mí, como yo permanezco en ustedes. Así como el sarmiento no puede dar fruto si no permanece en la vid, tampoco ustedes, si no permanecen en mí. 
Yo soy la vid, ustedes los sarmientos. El que permanece en mí, y yo en él, da mucho fruto, porque separados de mí, nada pueden hacer. 
Pero el que no permanece en mí, es como el sarmiento que se tira y se seca; después se recoge, se arroja al fuego y arde. 
Si ustedes permanecen en mí y mis palabras permanecen en ustedes, pidan lo que quieran y lo obtendrán. 
La gloria de mi Padre consiste en que ustedes den fruto abundante, y así sean mis discípulos.»


Sólo a través de su fruto pervive la planta y escapa al invierno.
Sólo a través de su semilla volverá a ver un nuevo amanecer.
Dad fruto. Esparcid vuestra obra y vuestra palabra... Pero esperad algo más que la pervivencia de vuestra huella.
Él vive de forma completa. Desead vivir también.
No sólo estaréis vivos en vida... Tras el tamiz de la noche larga, de nuevo os encontraréis.

sábado, 2 de mayo de 2015

Juan 14, 7-14

Jesús dijo a sus discípulos: 
"Si ustedes me conocen, conocerán también a mi Padre. Ya desde ahora lo conocen y lo han visto". 
Felipe le dijo: "Señor, muéstranos al Padre y eso nos basta". 
Jesús le respondió: "Felipe, hace tanto tiempo que estoy con ustedes, ¿y todavía no me conocen? El que me ha visto, ha visto al Padre. ¿Como dices: 'Muéstranos al Padre'? 
¿No crees que yo estoy en el Padre y que el Padre está en mí? Las palabras que digo no son mías: el Padre que habita en mí es el que hace las obras. 
Créanme: yo estoy en el Padre y el Padre está en mí. Créanlo, al menos, por las obras. 
Les aseguro que el que cree en mí hará también las obras que yo hago, y aún mayores, porque yo me voy al Padre."
Y yo haré todo lo que ustedes pidan en mi Nombre, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. 
Si ustedes me piden algo en mi Nombre, yo lo haré."


¿Quién soy yo? ¿Y quiénes vosotros?
Copos de nieve... parte de la nevada. Gotas de agua... hechas de mar.
Volveréis al origen después de vuestro trayecto y seréis elevados hacia las nubes dejando en la tierra arena y sal. Pero antes, lloved, regad la tierra, empaparla. Haced que brote la vida allí donde caigáis.
Y no os importe regalar a los campos el sedimento que en vuestro viaje os acompañe... que sólo se evapora del agua su alma.
"Jesús, muéstranos que es como dices."
...
No llenarás tus pulmones de aire en la superficie si sigues, mientras lo pisas, mirando sólo hacia el fondo.

viernes, 1 de mayo de 2015

Juan 14, 1-6

Jesús dijo a sus discípulos:
"No se inquieten. Crean en Dios y crean también en mí.
En la Casa de mi Padre hay muchas habitaciones; si no fuera así, se lo habría dicho a ustedes. Yo voy a prepararles un lugar.
Y cuando haya ido y les haya preparado un lugar, volveré otra vez para llevarlos conmigo, a fin de que donde yo esté, estén también ustedes.
Ya conocen el camino del lugar adonde voy".
Tomás le dijo: "Señor, no sabemos adónde vas. ¿Cómo vamos a conocer el camino?".
Jesús le respondió: "Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida. Nadie va al Padre, sino por mí."


"Pero adónde nos lleva todo esto? Le seguimos, pero... empezamos a tener enemigos. ¿Cómo saber si merece la pena?"
No lo sabemos. Y no sé si llegaremos a saberlo...
"No nos lo explica. Nos habla como a niños y nos pide una fe ciega. Somos adultos... Nos jugamos mucho. ¿Hacia dónde vamos? Nos lo debería explicar."
Supongo que no quiere...
"¿Por qué? ¡No lo entiendo!"
...
... Dice que quiere guiarnos hasta la aurora, más allá de la noche... tal vez no nos enseña cómo es el camino porque para atravesar la oscuridad de nada sirven los ojos...
Nos pide que caminemos a ciegas... ¡Eso es! No importa conocer el trayecto, pues para llegar allí no se pisa el suelo. Caminaremos hacia un lugar sin sitio... con los ojos de la razón cerrados. No nos sirven, ni nos sirven estos sentidos...
"Entonces... ¿Cómo evitaremos perdernos? ¿Qué nos orientará hasta su puerta?"
No importa hacia dónde camines... la puerta se abrirá ante ti.
No hay mapa Tomás... el camino es la forma de andarlo... y se llama confianza.