Y llegaron de nuevo a Jerusalén. Mientras Jesús caminaba por el Templo, los sumos sacerdotes, los escribas y los ancianos se acercaron a él
y le dijeron: "¿Con qué autoridad haces estas cosas? ¿O quién te dio autoridad para hacerlo?".
Jesús les respondió: "Yo también quiero hacerles una sola pregunta. Si me responden, les diré con qué autoridad hago estas cosas.
Díganme: el bautismo de Juan, ¿venía del cielo o de los hombres?".
Ellos se hacían este razonamiento: "Si contestamos: 'Del cielo', él nos dirá: '¿Por qué no creyeron en él?'.
¿Diremos entonces: "De los hombres'?". Pero como temían al pueblo, porque todos consideraban que Juan había sido realmente un profeta,
respondieron a Jesús: "No sabemos". Y él les respondió: "Yo tampoco les diré con qué autoridad hago estas cosas".
"¿Cómo puede ser que no sepáis? ¿No sabéis responder con el corazón? ¿Toda respuesta depende de sopesar su conveniencia? ¿De qué sois custodios entonces? ¿Por qué estáis aquí? ¿A quién pretendéis guiar en el camino?... ¿Acaso sabéis hacia dónde caminar?"
Somos Sumos Sacerdotes por elección y tradición y somos vuestros guías. ¿No nos reconocéis?
"Reconoceré al guía que me enseñe, apoye y quiera... ¿Acaso ese guía eres tú?"
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