Una vez que Jesús estaba orando solo, en presencia de sus discípulos, les preguntó: «¿Quién dice la gente que soy yo?»
Ellos contestaron: «Unos que Juan el Bautista, otros que Elías, otros dicen que ha vuelto a la vida uno de los antiguos profetas.»
Él les preguntó: «Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?»
Pedro tomó la palabra y dijo: «El Mesías de Dios.»
Él les prohibió terminantemente decírselo a nadie.
Y añadió: «El Hijo del hombre tiene que padecer mucho, ser desechado por los ancianos, sumos sacerdotes y escribas, ser ejecutado y resucitar al tercer día.»
Mira esta hoja. ¿Qué ves?
"Veo acero limpio... Brilla sereno. No se altera. Parece estar por encima de lo que ocurre a su alrededor..."
Y ¿cómo ha nacido?
"De ser golpeado por manos de hombre y martillo contra la mole del yunque. Una vez, diez, cien o mil..."
Era metal quebradizo...
"... ahora acero eterno."
Bien... sabed qué soy y qué podéis ser,
mas no olvidéis que una hoja sólo corta cuando está desnuda, sin vendas ni funda,
y que, en esta vida de misión, hay mucho hombre atado por nudos que debemos cortar.
Y sin forja y fragua, quebradizo, tan solo apariencia.
ResponderEliminarY sin forja y fragua, quebradizo, tan solo apariencia.
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