En aquel tiempo, vio Jesús al pasar a un hombre llamado Mateo, sentado al mostrador de los impuestos, y le dijo: «Sígueme.»
Él se levantó y lo siguió. Y, estando en la mesa en casa de Mateo, muchos publicanos y pecadores, que habían acudido, se sentaron con Jesús y sus discípulos. Los fariseos, al verlo, preguntaron a los discípulos: «¿Cómo es que vuestro maestro come con publicanos y pecadores?»
Jesús lo oyó y dijo: «No tienen necesidad de médico los sanos, sino los enfermos. Andad, aprended lo que significa "misericordia quiero y no sacrificios": que no he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores.»
Pasaba mi vida haciendo ganar dinero a otros.
Y, cuando llegó, ¡cómo deseaba que se fijara en mí!
Pasaba mi tiempo sentado. Sirviendo al orden, al dinero... cuidando mi posición.
Mas Él se detuvo a mi lado. "Vales más. Te necesito." Y me puse en pie.
...
Ahora... dedico mi vida a hacer que otros la ganen.
Cada vez que le escucho, me agacho, le tiendo una mano
y nos alzamos en pie.
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