Los Apóstoles se reunieron con Jesús y le contaron todo lo que habían hecho y enseñado.
El les dijo: "Vengan ustedes solos a un lugar desierto, para descansar un poco". Porque era tanta la gente que iba y venía, que no tenían tiempo ni para comer.
Entonces se fueron solos en la barca a un lugar desierto.
Al verlos partir, muchos los reconocieron, y de todas las ciudades acudieron por tierra a aquel lugar y llegaron antes que ellos.
Al desembarcar, Jesús vio una gran muchedumbre y se compadeció de ella, porque eran como ovejas sin pastor, y estuvo enseñándoles largo rato.
"¿Qué haces aquí?"
Tenía una vida y te seguí.
Sentía un anhelo hondo, extraño... bajo la sordina del diario quehacer.
Ni a mi esposa, ni a mis hijos di la espalda. Pero dejé mi vida, sin abandonarla.
"¿Y por qué me sigues?"
Porque tu camino es real. Tú lo muestras. Vas delante.
"Pero ¿sabes adónde lleva?"
Dijiste que al otro lado del mar...
"En la peor tempestad un corcho ha de flotar.
No llegues con peso a la parte del camino cubierta por el agua."
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