lunes, 16 de febrero de 2015

Marcos 8, 11-13

Entonces llegaron los fariseos, que comenzaron a discutir con él; y, para ponerlo a prueba, le pedían un signo del cielo. 
Jesús, suspirando profundamente, dijo: "¿Por qué esta generación pide un signo? Les aseguro que no se le dará ningún signo". 
Y dejándolos, volvió a embarcarse hacia la otra orilla. 


¿Por qué quieres un signo del cielo? ¿Para utilizar la espera como excusa y no cambiar tus pasos en la tierra? ¿Para no tener que pasar por tu propio crisol, como todo hombre tuvo y tendrá?
La obtención de una prueba haría innecesario el valor para hacerte a la mar. La certeza mataría a la esperanza como timón en una noche sin estrellas. La seguridad declararía obsoleto el faro del desprendimiento. En lugar de la ligera humildad, la autosuficiencia haría rebosar tus bodegas, haciéndote frágil en la tempestad...
Y una vez perdidas todas las llaves... ¿Qué puerta podrías franquear?

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