En aquel tiempo, dijo el Señor: «¡Ay de vosotros, fariseos, que pagáis el diezmo de la hierbabuena, de la ruda y de toda clase de legumbres, mientras pasáis por alto el derecho y el amor de Dios! Esto habría que practicar, sin descuidar aquello. ¡Ay de vosotros, fariseos, que os encantan los asientos de honor en las sinagogas y las reverencias por la calle! ¡Ay de vosotros, que sois como tumbas sin señal, que la gente pisa sin saberlo!»
Un maestro de la Ley intervino y le dijo: «Maestro, diciendo eso nos ofendes también a nosotros.»
Jesús replicó: «¡Ay de vosotros también, maestros de la Ley, que abrumáis a la gente con cargas insoportables, mientras vosotros no las tocáis ni con un dedo!»
Nada separa la tierra que pisan
de tus pies.
Tampoco el polvo del camino
del que cubre tu corazón.
Si toda tu huella queda impresa en el sendero,
si todo tu rastro queda dentro de ti...
nada podrá despegarse del suelo
cuando te llegue el momento
de alzar la vista y querer volar.
...
Deja tu huella en el mañana
y que tu sal se diluya en el mar,
tu legado viaje en una botella
y tu palabra sea llevada por el viento
más allá del horizonte que tus ojos pueden ver.
...
No tendrás más recompensa que la Vida.
Ni más premio que haber sido libre
al vivir.
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