En aquel tiempo, decía Jesús a la gente: «Cuando veis subir una nube por el poniente, decís en seguida: "Chaparrón tenemos", y así sucede. Cuando sopla el sur, decís: "Va a hacer bochorno", y lo hace. Hipócritas: si sabéis interpretar el aspecto de la tierra y del cielo, ¿cómo no sabéis interpretar el tiempo presente? ¿Cómo no sabéis juzgar vosotros mismos lo que se debe hacer? Cuando te diriges al tribunal con el que te pone pleito, haz lo posible por llegar a un acuerdo con él, mientras vais de camino; no sea que te arrastre ante el juez, y el juez te entregue al guardia, y el guardia te meta en la cárcel. Te digo que no saldrás de allí hasta que no pagues el último céntimo.»
La aurora del último día de todo, será fría... pero yo estaré dormido.
El último amanecer del último día de todo correré hacia el trabajo, pero no tendré ya prisa.
La última mañana de todo, no la dedicaré a besar a mi esposa ni a acariciar las manos, el rostro, de mis hijas... porque nadie me dijo que esa mañana el mundo entero se me iba a morir.
Si, al menos, esa última mañana fuera la primera de una vida con ellas para siempre...
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