En aquel tiempo, decía Jesús: «¿A qué se parece el reino de Dios? ¿A qué lo compararé? Se parece a un grano de mostaza que un hombre toma y siembra en su huerto; crece, se hace un arbusto y los pájaros anidan en sus ramas.»
Y añadió: «¿A qué compararé el reino de Dios? Se parece a la levadura que una mujer toma y mete en tres medidas de harina, hasta que todo fermenta.»
Un hombre buscaba un tesoro.
Años llevaba en camino,
mas no dejaba de buscar.
No parecía inquieto
ni preocupado.
No parecía molesto pese
a que parecía nada encontrar.
Uno de sus vecinos le preguntó
si el tesoro que decía buscar
era pesado. Y él le respondió "No".
Otros, también deseosos de ayudarle,
querían saber si era grande,
si estaba guardado en un cofre,
si estaba compuesto por oro
y piedras de valor...
"No", respondió.
Sonrió y siguió buscando.
Al cabo de un tiempo,
uno de sus vecinos no pudo
aguantar y le espetó: ¿Para qué lo buscas?
Si, por lo que describes, no puede tener valor...
Has pasado tu vida buscando... ¿Por qué?
"Porque cada paso que doy
estoy más cerca de hallarlo
y hasta la misma búsqueda es ya,
para mí, un premio...
pues poco me pesan otras cadenas
y poco me ciegan otras ambiciones."
Definitivamente, eres un loco, no te entendemos...
"Pues si supierais hacia dónde me dirijo..."
¿Hacia dónde?
"Hacia el sitio sin lugar."
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