En aquel tiempo, Felipe encuentra a Natanael y le dice: «Aquel de quien escribieron Moisés en la Ley y los profetas, lo hemos encontrado: Jesús, hijo de José, de Nazaret.»
Natanael le replicó: «¿De Nazaret puede salir algo bueno?»
Felipe le contestó: «Ven y verás.»
Vio Jesús que se acercaba Natanael y dijo de él: «Ahí tenéis a un israelita de verdad, en quien no hay engaño.»
Natanael le contesta: «¿De qué me conoces?»
Jesús le responde: «Antes de que Felipe te llamara, cuando estabas debajo de la higuera, te vi.»
Natanael respondió: «Rabí, tú eres el Hijo de Dios, tú eres el Rey de Israel.»
Jesús le contestó: «¿Por haberte dicho que te vi debajo de la higuera, crees? Has ver cosas mayores.» Y le añadió: «Yo os aseguro: veréis el cielo abierto y a los ángeles de Dios subir y bajar sobre el Hijo del hombre.»
"Me dices que sólo esperas la gran venida... Que lo que yo te cuente de nada te servirá.
Me dices que tu salvador llegará un día de lejos. Que la mano que te ofrezco está vacía.
...
Pero te asombra que sepa de ti. Que te conozca... Y por eso ha dado un salto tu corazón.
Rindes tus murallas ante un desconocido que te habla mirando a tus ojos.
¿Por qué se nublan los tuyos?
... No esperes más. Arroja tu yelmo. Respira. Somos tus hermanos...
y te traemos la libertad."
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