En aquel tiempo, se acercaron a Jesús unos fariseos y le preguntaron,
para ponerlo a prueba: «¿Es lícito a uno despedir a su mujer por
cualquier motivo?»
Él les respondió: «¿No habéis leído que el Creador, en el principio, los
creó hombre y mujer, y dijo: "Por eso abandonará el hombre a su padre y
a su madre, y se unirá a su mujer, y serán los dos una sola carne"? De
modo que ya no son dos, sino una sola carne. Pues lo que Dios ha unido,
que no lo separe el hombre.»
Ellos insistieron: «¿Y por qué mandó Moisés darle acta de repudio y divorciarse?»
Él les contestó: «Por lo tercos que sois os permitió Moisés divorciaros
de vuestras mujeres; pero, al principio, no era así. Ahora os digo yo
que, si uno se divorcia de su mujer –no hablo de impureza– y se casa con
otra, comete adulterio.»
Los discípulos le replicaron: «Si ésa es la situación del hombre con la mujer, no trae cuenta casarse.»
Pero él les dijo: «No todos pueden con eso, sólo los que han recibido
ese don. Hay eunucos que salieron así del vientre de su madre, a otros
los hicieron los hombres, y hay quienes se hacen eunucos por el reino de
los cielos. El que pueda con esto, que lo haga.»
"Padre, llega el momento de nuestra boda y quiero pedirte una palabra."
No soy más que un hombre, pero te la daré.
...
Recuerda siempre que no tienes derecho a tu esposa. Ella , cada día, será libre de darte su amor. Merécelo.
Recuerda también que traeréis al mundo a vuestros hijos. Pero serán ellos quienes os den la vida. Aprécialo.
...
Y mi deseo: que, al margen de lo que acontezca, sepáis ser y haceros felices.
"¿Cómo no, si es la mujer de mi vida?"
Está bien que así hoy lo sientas, pero deseo que, dentro de muchos años, reconozcas que hoy diste un paso a oscuras... y que sea entonces cuando sientas que por nada cambiarías su luz.
No hay comentarios:
Publicar un comentario