Jesús, dijo a sus discípulos:
Ustedes han oído que se dijo: Ojo por ojo y diente por diente.
Pero yo les digo que no hagan frente al que les hace mal: al contrario, si alguien te da una bofetada en la mejilla derecha, preséntale también la otra.
Al que quiere hacerte un juicio para quitarte la túnica, déjale también el manto;
y si te exige que lo acompañes un kilómetro, camina dos con él.
Da al que te pide, y no le vuelvas la espalda al que quiere pedirte algo prestado.
"¿El manto? ¿Aun siendo injusto su juicio?"
No te quedes con las letras y guarda dentro su mensaje.
¿Qué importancia tendrá tu manto? ¿Hasta cuándo seguirás con él?
...
No emplees tu energía en disputas que sólo habitan en la superficie... ésa es sólo la piel de la realidad.
Bucea en los sentimientos y frente al enemigo no desciendas al campo al que él te quiere llevar.
Al terreno del detalle, del hecho, de la materia, de la forma... ése es su reino y en él no tiene rival.
Porque a ti no ha de importarte la apariencia hueca del eterno ciclo, sino el destino de tu alma cuando pase por él.
Por ello, no pelees por cada ola... no discutas por cada gramo de sal. Aprovecha, mejor, toda corriente para crear la energía que lleve a tu barco al buen puerto donde Él nos espera ya.
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