lunes, 22 de junio de 2015

Mateo 7, 1-5

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «No juzguéis y no os juzgarán; porque os van a juzgar como juzguéis vosotros, y la medida que uséis, la usarán con vosotros. ¿Por qué te fijas en la mota que tiene tu hermano en el ojo y no reparas en la viga que llevas en el tuyo? ¿Cómo puedes decirle a tu hermano: “Déjame que te saque la mota del ojo”, teniendo una viga en el tuyo? Hipócrita; sácate primero la viga del ojo; entonces verás claro y podrás sacar la mota del ojo de tu hermano.»

"¿Dónde está?"
¿Quién?
"La chica que nos seguía."
¡Ah! Sentada. Allí...
...
"¿Puedo ayudarte?"
No sé. Estoy embaraza y no sé si lo quiero tener.
"Bueno...
¿Cómo te encuentras?"
Bien... Pero tengo 20 años y si lo tengo mi vida acabará. Será la de una mujer mayor...
"¿Tienes la decisión tomada?"
Sí. Pero quería venir antes...
"Ya veo... Y qué crees que te puedo decir?"
Imagino que me echarás el sermón...
Perdona...
... Dime qué debo hacer. Si es correcto lo que siento... o si es un crimen, como me dicen...
"Verás. Yo no te voy a juzgar. Eres tú quien está en la encrucijada... y sólo tú sabes qué camino te llevó hasta aquí. Eres tú quien llora cuando amanece y cuando el sueño te vence al anochecer. Es a ti a quien no hablan tus padres... a quien las amigas han dejado de lado. Además... ¿Tengo aspecto de juez?"
... Y ¿qué hago?
"No lo sé...
Ya habrás oído hablar de que, dentro de ti, hay una persona esperando para respirar. También que puedes quitarle su aire para que el aire libre no te falte a ti. Algunos te dirán que no dejarle vivir sería actuar en defensa propia... Habrás escuchado debates... ¿Quién tiene un derecho mayor?
Pero... escucha. El niño que llevas dentro no quiere nacer para respirar. No quiere tu aire. Quiere tu cariño. Necesita tu amor más que cualquier otra cosa. Si naciera y no se lo dieses moriría lentamente en vez de hacerlo ya...
... Te diré un secreto. Tú puedes traerlo al mundo, pero el que te dará la vida será él. Y ya no habrá un sólo instante en que no anheles con todo tu ser respirar el olor de su pelo, de sus manos... cerrar los ojos y ser arropada, cuando tú lo abraces, por cada milímetro de su piel.
Es tu luz. La tienes dentro. Ha llegado sin avisar... en mal momento... pero ha venido a abrazarte y a iluminar para siempre tu camino.
Mientras decides si le salvas... decide salvarte tú.
Dale la mano... él la tiene tendida. Agárrate a él. Te sacará, izándote, de las aguas negras del mar..."

LUMINARIA
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