Jesús se puso a hablarles en parábolas: "Un hombre plantó una viña, la cercó, cavó un lagar y construyó una torre de vigilancia. Después la arrendó a unos viñadores y se fue al extranjero.
A su debido tiempo, envió a un servidor para percibir de los viñadores la parte de los frutos que le correspondía.
Pero ellos lo tomaron, lo golpearon y lo echaron con las manos vacías.
De nuevo les envió a otro servidor, y a este también lo maltrataron y lo llenaron de ultrajes.
Envió a un tercero, y a este lo mataron. Y también golpearon o mataron a muchos otros.
Todavía le quedaba alguien, su hijo, a quien quería mucho, y lo mandó en último término, pensando: 'Respetarán a mi hijo'.
Pero los viñadores se dijeron: 'Este es el heredero: vamos a matarlo y la herencia será nuestra'.
Y apoderándose de él, lo mataron y lo arrojaron fuera de la viña.
¿Qué hará el dueño de la viña? Vendrá, acabará con los viñadores y entregará la viña a otros.
¿No han leído este pasaje de la Escritura: La piedra que los constructores rechazaron ha llegado a ser la piedra angular:
esta es la obra del Señor, admirable a nuestros ojos?".
Entonces buscaban la manera de detener a Jesús, porque comprendían que esta parábola la había dicho por ellos, pero tenían miedo de la multitud. Y dejándolo, se fueron.
"¿Nosotros piedra angular?"
Toda persona es cimiento, muro, pilar para alguien... Pero nosotros, además, conocemos cual es esa piedra crucial.
Nosotros tenemos el testigo en las manos, preparad mil antorchas para el mundo iluminar.
Amar hasta la entrega. Entregarse a fuerza de amar.
...
Nuestro tesoro es endeble, no soporta un armazón de ritos y leyes... para eso ya están los arquitectos de estados y del orden social... con su afán constructor de una tras otra organización.
Pero esa alta misión no es la nuestra.
Nosotros tenemos que, gota a gota, recorrer todo el mar para que no haya rincón que, antes de su partida, no haya conocido su camino hacia la salvación.
Intentad, persona a persona, que abran los ojos.
Sembrad todo camino, toda plaza, cada cuarto... recorred el mundo como mendigos dichosos, armando caballeros y coronando reyes a vuestro paso. Ningún constructor podrá cavar cimientos más profundos ni elevar tan alto su mirar.
.....cuanto mas se empeña el mundo en buscar extraños cimientos mas evidentemente demuestra la necesidad de encontrar "La Piedra Angular"
ResponderEliminarTambien ahora EL SEÑOR pasa por nuestro lado y muchos no lo reconocen ,matan a los enviados a la viña o ni siquiera los ven.Quizas tienen miedo a tanta sencillez, puede resultar hasta insultante para su sofisticada sabiduria.